Teniendo en cuenta los resultados y la posición liguera, pueden llegar a surgir dudas sobre el danés. Aun así, su renovación parece una buena noticia
En el día de ayer, el Everton hizo oficial la renovación de Brian Sørensen hasta 2026. El técnico danés, que llegó a Liverpool la temporada pasada, tuvo un gran año de debut, quedando en la zona media alta de la tabla, pero, en esta 23/24, la cosa ha sido diferente. Actualmente, su equipo se encuentra 10º y acumula cuatro partidos sin ganar, por lo que, para cualquiera que no tenga algo de contexto, la pregunta parece clara: ¿han tomado la decisión correcta renovándole? En mi opinión, sí.
En esa primera temporada como entrenador toffee, Sørensen dejó las expectativas altas. El Everton empezó a basar su juego en tener el balón, adquirió una identidad y, pese a ser ideas nuevas, lograron un muy meritorio sexto puesto, justo por encima de su rival histórico de ciudad, el Liverpool. Esto era una muy buena base sobre la que crecer, pero, esta temporada, el técnico se ha encontrado un gran inconveniente: las lesiones.
Durante prácticamente todas las semanas de competición, la enfermería del Everton ha estado poblada. Además, no solo con una o dos jugadoras, sino que han sido múltiples las futbolistas que han pasado a no estar disponibles, obligando a Sørensen a improvisar y hacer experimentos con tal de sacar los mejores resultados posibles. Está siendo difícil, pero, a pesar de todos esos obstáculos, ha habido muestras que pueden reflejar un buen futuro ya no solo en el corto plazo, sino también en el medio-largo.
Por poner nombre a esos experimentos que ha hecho Sørensen de manera obligada, ya nos hemos acostumbrado a ver a Vanhaevermaet como central, una posición donde ha cumplido. En los últimos partidos, incluso hemos visto a Aurora Galli de lateral, centrando su posición cuando las toffees tenían el balón. Como lateral invertida, vaya. Ambas son centrocampistas, pero se han visto obligadas a retrasar sus posiciones por el bien del equipo, ya que esa zona defensiva ha sido la más golpeada por las lesiones.
La buena noticia es que la mayoría de estas reconversiones han resultado medianamente bien. Lógicamente, hay jugadoras que, no acostumbradas a tales posiciones, han cometido errores, pero el rendimiento general no ha sido nada malo. Además, esto hay que complementarlo con futbolistas que, estas sí en su posición, han dejado muy buenos partidos, como es el caso de Clare Wheeler en el centro. La australiana es la tercera jugadora con más minutos, solo por detrás de Brosnan (la guardameta) y Megan Finnigan, la capitana, que ya se ha erigido como la líder, tanto de la defensa como del vestuario.
«Hay un plan, tenemos un gran futuro y una buena plantilla. Creo que es importante mostrar que en el fondo hay un plan»
– Brian Sørensen, tras su renovación
Por otro lado, si de algo se caracteriza el Everton es de tener una gran cantidad de jóvenes. Hanna Bennison, Karoline Olesen, Emma Bissell o Eleanor Dale, que volvió a Inglaterra después de su paso por Estados Unidos, son jugadoras que no pasan de los 22 años y que aún no han explotado del todo. Si les sumamos a Finnigan, las hermanas Holmgaard, Lucy Hope, Heather Payne, Katja Snoeijs o la ya nombrada Clare Wheeler, además de las veteranas, al Everton se le queda una plantilla interesante que, de estar todas disponibles y bajo la dirección correcta, pueden hacer un buen papel en WSL.
«Los resultados esta temporada no han sido los mejores, las lesiones de jugadoras clave han influido en gran parte, pero hemos rendido extremadamente bien y tenemos un buen grupo. (…) Hay un plan, tenemos un gran futuro y una buena plantilla«, decía Brian Sørensen en el anuncio de renovación. Para un club como el Everton, parece que la estabilidad, el que haya un plan a largo plazo, es importante, por lo que la renovación del técnico tiene mucho sentido. A pesar de no haber sido la temporada más fácil con la que lidiar, ha habido destellos que indican un buen futuro en la zona azul del Merseyside.
South Stand 